Martín Rivero, el periodista de la ética
- Escrito por Armando Marcos
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“La publicación de amplios reportajes sobre aspectos poco conocidos de la realidad, de la sociedad emergente y de creadores que ya descollaban para cuajar en figuras que caracterizaron el talento insular de una época, reclamaba la atención de lectores que empezaron a entender que había otro periodismo, el que se hacía a pie de calle, el que descubría valores, el que no descartaba la denuncia social y el que nos acercaba a mundos por descubrir.
Martín Rivero estaba allí, con papel y bolígrafo, o con aquellas grabadoras que acreditaban la revolución del casette”, escribe con emoción en su Blog, Salvador García Llanos,(garciaenblog.blogspot.com) ese otro gran periodista, escritor, ex delegado del Gobierno en Canarias, ex alcalde de Puerto de la Cruz, actual presidente de la Asociación de la Prensa de Tenerife y amigo entrañable. Para los que seguimos enamorados fielmente del periodismo serio y libre, García Llanos es un protector y defensor de un periodismo ético y democrático. Ser periodista es una hermosa profesión que compartimos con un sabio consejo del periodista y escritor Gabriel García Márquez: “para ser periodista hace falta una base cultural importante, mucha práctica, y también mucha ética”. Así era Martín Rivero, consagrado a contar la verdad. El periodista ya no está aquí. Escribió su última noticia y la luz se le apagó. Pero, recordemos que, Martín Rivero, nació periodista, creció periodista y la muerte se lo ha llevado siendo periodista. Deja su huella imborrable y su legado para que una nueva generación de nuevos periodistas, crezca libre en España para que ningún Gobierno ni otros poderes fácticos, les pueda arrancar nunca el amor y la libertad de expresión al salir el sol de cada mañana. Para que nadie les intente robar esa hermosa conquista. La muerte siempre es triste. La muerte nos mata y nos lleva a todos, pero el periodista, el poeta, el escritor, el artista, el pintor, el cantante, el creador y la música, perduran. Pues se nos ha ido un periodista del asfalto. Un notario que retrataba y certificaba con honestidad profesional lo que le pasaba y le pasa a la gente. Sencillamente, Martín Rivero, dedicó su vida a contar la verdad. Por desgracia, hoy, para ciertos medios -no generalizo-, el periodismo solo es un negocio. Menospreciar el talento y la libertad de un periodista, indica la peor de las ingratitudes. Es un castigo. La prensa independiente, todos los medios y todos los periodistas profesionales, tenemos la responsabilidad moral, ética y democrática de denunciar a esa otra prensa oscura, indecente y prostituida. Hay que desenmascarar a esas emisoras asaltadas por intrusos que han acabado con la magia de la radio. Es insoportable y una inmoralidad ver con repugnancia, asco y náuseas, la programación maloliente de ciertos canales de televisión dirigida por caníbales que esconden la verdad y amparan la mentira y el hampa de la corrupción. El periodismo hecho con transparencia, honradez, credibilidad, ética y estética por nuestro amigo, colega y compañero, Martín Rivero, hace honor a la histórica frase del premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez: “el periodismo es el mejor oficio del mundo”. Vaya desde esta esquina de la vida, toda mi admiración y cariño para Martín Rivero, con el recuerdo de su periodismo cercano, plural, valiente, riguroso y humanizado que nos debe servir a todos de lección ética y moral. Para su familia, compañeros y amigos, expresarles mis condolencias y todo mi afecto. Adiós, Martín Rivero.